sábado, enero 28, 2006

frank sinatris



Suena Frank, acabo de terminar la preprensa de uno de mis locos nuevos proyectos. Se trata del tremendo logo que ven a un lado de este texto. Promete. Reportajes y cultura camiflada. Me tiene contento, irá con apoyo de la web site www.paginauno.cl

Suena Frank en mi casa de Algarrobo, donde he llorado y amado. Todo bien. Mi hija me regalonea y juega con nueve amigos. Entiendo a mi ex cuando me decía que siempre me preocupara que hubiesen niños y niñas junto a ella. Está todo cool, leo Fuguet, sale el sol a eso de las 15:30.

Hay paz. Y tomo aire para un año interesante, con competencias en mi pega, lucha de caracteres, y con el afán de hacer las cosas bien.

Cuando hay pasión y planificación, la suerte aparece. Llega sola, sin que la llamen. Tic tac, suena el teclado en presupuestos, poesía, novelas, y cosas por el estilo.

Suena Sinatra: ¿dónde estará dulcinea en este cuento?

Ni la busco, llegará solita a esta vida de Krammer.

domingo, enero 22, 2006

Esas canciones d Chayanne


No sé si él llegará a ser como Julio Iglesias. Pero estoy escuchando un especial de Chayanne y el tipo tiene hits. Más de lo que creía.
Me acabo de comer unos panes con mermelada que me preparó una amiga. Y ella ha subido el volumen al equipo de música(que debo a un compadre)...si te he fallado te pido perdón de la única forma que sé.....
No está mal, acompañado además por Fuguet y un libro medio diálogo interno llamado POR FAVOR REBOBINAR. Trata de personajes turbios, muy biográfico creo, aunque él lo niegue.
Escribiré más rato un cuento de la mermelada para un concurso de Lan Chile. Quiero viajar, sí, con un ticket liberado por la línea aérea de Piñera.
Quizás Colombia. ¿Estás allá Gabriel García todavía?
Gabriel no lee mi blog. De eso estyo seguro, ni Chayanne. Pero canto mejor que el último en la ducha y escribo mejor que García, al menos eso dicen mis perros Lola, Dévora, y Varón.
Hay una poza de agua en el jardín, en el jardín que miro siempre para entender hacia donde voy.
Sólo sé que voy. Algo es algo.

sábado, enero 21, 2006

Vivito y coleando

Se me había olvidado escribir.
Y no es un olvido casual. Esta todo tranquilo, ordenado, hasta me compraré un auto; doy sorbos finales a un yogurt batifrut con trozos de fruta. Miserables pedacitos, pero es lo que hay.
Chile ya es distinto, tiene una mujer presidente, un vecino que hoy dijo a los diarios que seguirá la huella del che en pleno siglo XXI, y yo que escribo para audiencias anónimas que no leen libros.
Sacaré una revista para mi pequeño micromundo. Para decir cosas: quien no dice nada, no existe.
Hablo: estoy vivito entonces...

sábado, enero 07, 2006

que más se le puede pedir a la vida


Acabo de terminar de leer un libro de Bayly, Tormenta lleva tu nombre, creo.
Escribe bien el tipo, me saco el sombrero. no estoy perdido. Aunque no comparto sus apologías sexuales, me quedo con su pluma mordaz.
Mucha ironía.
Estaba en la arena de mi algarrobo querido, el sol mordía la piel, mi hija y una amiga jugaban en la arena, que más le podía pedir a la vida.
Y uno entiende, como se nos pasa la vida, que viene a dar el mar, que es morir diría machado creo.
Cada día, más fascinación por todo, como una esponja para percibir lo positivo. Bayly, tal como te ayudo Vargas Llosa, tengo varias novelas bajo el brazo para que las editemos en España algún día. Total, en pedir no hay engaño.
En mi mente, estas entre los 5 mejores libros de mi vida.

domingo, enero 01, 2006

PAPAS FRITAS( UN CUENTO QUE NO FUE)




-Hola, papá.
-Hola, querida.
No nos habíamos visto, ninguno de los dos había llamado. Nadie podría explicar el porqué, pero ya no importaba.
Los abrazos después de tanto tiempo saben bien.
-¿Qué has hecho de tu vida, viejo?
Y no supe qué responderte, decir que cuando te fuiste con mamá se me rompió todo el esquema de la vida, llegaba del trabajo y era simplemente esperar la llegada del sueño, siempre a saltos, eso sí, como un zombi bebiendo leche en la cocina y dejando platos por ahí.
-Estoy muy bien, muy bien.
Y ella sabía que no, por eso mi viaje a Virginia a verla, a compartir aunque fuese una tarde. El puzzle estaba desecho, las piezas no me cuadraban y ella, con sus sólo diez años, me ayudaba a rearmarla un rato.
-¿Por qué no respondes el teléfono?
- Hay problemas de cobertura en el sector donde vivo.
Explicar lo inexplicable, veía en la pantalla esa llamada desconocida y no tenía fuerzas para hablar, quién podría, si se fueron; una a armar su nuevo proyecto a pesar de que era muy probable que en un par de años me pidiera consejos de cómo salvar su entuerto, y la otra porque aún estaba muy pequeña a pesar de que se quería quedar conmigo.
-Hace frío, papá. ¿Cómo está por allá?
Increíblemente bien, con el sol más radiante que ha habido en febrero, pero ir a la playa sin ti no tiene sentido, ¿con quien usar el bote inflable, los baldes, con quien buscar conchitas y piedras preciosas en el roquerío?

Es un burger donde estamos, las papas fritas no saben tan bien. Pero estás tú, estoy yo. ¿Por qué será que cuando uno no tiene a las personas cerca las extraña tanto? Es obvio, como la tierra es redonda, por eso la chesse no tiene gusto.

Un aeropuerto gigante, no como el de antes, dormir o al menos tratarlo, llegar a Miami, perderme, como me pierdo siempre en los trasbordos, además de esa maldita foto universitaria en la que parezco terrorista en el pasaporte, casi no convenzo a la negrita de inmigración que mi viaje era solo por un día, a verte y punto, ni explicaciones de que te echaba de menos, que solo quería un buen abrazo.
Y ahora no se de qué hablarte, sólo quería ver ese pelo rubio, tus trenzas medias hippientas que te hiciste en la playa cuando fuimos juntos, ver esa separación de ojos, ese click fotográfico de tu sonrisa.
- Estás callado, papi.
Ni hablo, sólo en la reuniones, pero no prendo la radio en el auto, ya no canto, y los emails de mis amigas no tienen respuesta. No quiero consuelo, ni veo tele.
-No te preocupes, porque te quiero hasta el infinito y más allá, como siempre. Y cuando rezo pido por ti, así que sonríe.
Nada más. Sabes cómo llenar mi estanque de orgullo. Linda, veo claramente, y el sol sale. Bien, así es la vida.
***


“Aeropuerto Arturo Merino Benítez, todos los pasajeros deben descender. Aquellos que sigan con nosotros rumbo a Buenos Aires,...”
Es volver a trastabillones del viaje, con los horarios cambiados, la espalda traspirada, ese frenesí de otros de tomar sus maletas de la parte superior cual pullman de provincia. Me quedo sentado un rato, quiero ser el último en bajarme.