sábado, septiembre 02, 2006
un pequeño gran señor
En septiembre sale un artículo mio en la revista Pagina UNo www.paginauno.cl Pues bien aqui va un relato agradable de una persona interesante que conoci.:
FRANCO SIMONE:
Pequeño Gran Señor
Por www.rodrigosolo.com
El ésta lejos, en Salento, un lugar de la bota itálica.
Pero he estado cerca de Franco. Un tipo cool.
Me lo topé en la van que nos llevó al ensayo en el festival. Chiquito él, muy sonriente; andaba con su manager, su mujer y su hija. Yo acompañaba a Arroyo, vocalista de Canal Magdalena. Esa tarde él ensayó con la Myriam y con Cristián.
De la Fuente, un señor de barba cana nos recibió en su carácter de director del evento. Top, ni me lo creía. Estaba junto al ganador del año 74 de San Remo y nos tuteábamos.
“Esta tercera vez es más emocionante, vengo más adulto, percibo distinto las cosas. No creo que exista un festival en el mundo como éste”, me confesó.
Y claro, esa noche, tras la apertura de Charly García. Luego cantaron Los Nocheros (esa noche creo que cerró INXS). Luego vino él, y en el cuarto tema interpretó TU SIEMPRE TU…. “está lloviendo, quieres dar un paseo” con mi representado.
Estuve tras bambalinas absorbiéndolo todo. Y luego ingresó la Myriam. Otro dueto impecable.
Pero eso no fue nada.
O sea, si fue, pero yo pensaba que este tipo se iría con los más caperuzos de este evento al Casino o al Hotel O´higgins. Pero tras una entrevista en la disco Ovo, se me acercó y me dijo: “Bien Rodrigo, ¿dónde celebramos todos?”.
Conseguimos el segundo piso del Oleolé, un restorant de la calle San Martín. Comimos pizzas.
Los chicos de Canal Magdalena invitaron a sus amigos y terminamos farreando ahí, celebrando puros pijes junto a un gran cantor.
Pero otra sorpresa. Franco quería cantar.
Partió con Ave María, Volver a los diecisiete, y de ahí no lo paró nadie. Cada uno de los del público le fue pidiendo su favorita como Puerto Montt y otras. Su maestro lo acompañaba con su teclado, y parecía orquesta.
Estuve cerca de Franco una vez. Y como a las 5 llegó el dueño con una cuenta de 400 mil. Estuve a punto de pagar, pero el cantor se me acercó en el mesón, miró al dueño y le preguntó:
- ¿Sabes cuánto vale un concierto mio en exclusiva?
La situación tuvo un segundo de tirantés.
- No se preocupen por la cuenta, pero, señor Simone, ¿nos podríamos sacar una foto con usted mi señora y yo?
El músico me cerró el ojo, yo guardé la chequera.
-Encantado, que vengan todos los muchachos del local además, los cocineros y las camareras, como toda una familia.
Esa foto no me la guardé yo, pero, quizás está en el restaurant en la entrada.