domingo, junio 25, 2006

ALGARROBO, energía a fuego lento


Ayer llovía aquí.
Hoy el sol está fuerte, mi hija quiere ir a la casa de Neruda por enésima vez, y Lolo, nuestro perro, hace casi surf en unas plantas en las que se recuesta.
Eugenia, la rubia, lleva un buzo negro encima, y la Sofía también. Se imitan.
Y heme aquí, caminando entre las mismas olas espumosas tras una tormenta de viento norte.
Sip, cuando llueve, siempre sale el sol. Ya leímos El Mercurio.
Lo malo es que aún no le encuentro título a mi novela terminada.
No me olvides, me ha recomendado mi hija, una clara inducción de un boliche de confites a su ex casa.
Ahora tenemos un nuevo nido:otro título es mejor.
Color a esperanza, podría haber sido, pero me lo robó Diego Torres.

lunes, junio 12, 2006

el porqué de RODRIGO SOLO

Necesito un velero.
Porque vivi días tensos y no logré lo esperado.
Pense en darle vueltas más al asunto pero fue, ya viene otra oportunidad en noviembre. Por ahora necesito un velero.
Quiero elevar anclas y poder encerrarme en mi mismo, en mi tormenta de sueños y defectos.
A veces siento que no encajo porque puedo oir un fin de semana que no soy afectivo, no trasmito, soy poco cariñoso. Y yo sólo me acurruco y duermo. pero no es suficiente, por eso vivo solo en una casa de campo, perdido entre el barro de mi entrada y las ramas de las zarzamoras.
En cinco años cumpliré 40, y creo que recién me transformo en escritor que mastica sus ideas y cuentos diariamente.
Ahora escribo no como válvula de escape sino más bien por contar una historia. Mi historia, una historia muy solitaria.