domingo, junio 25, 2006
ALGARROBO, energía a fuego lento
Ayer llovía aquí.
Hoy el sol está fuerte, mi hija quiere ir a la casa de Neruda por enésima vez, y Lolo, nuestro perro, hace casi surf en unas plantas en las que se recuesta.
Eugenia, la rubia, lleva un buzo negro encima, y la Sofía también. Se imitan.
Y heme aquí, caminando entre las mismas olas espumosas tras una tormenta de viento norte.
Sip, cuando llueve, siempre sale el sol. Ya leímos El Mercurio.
Lo malo es que aún no le encuentro título a mi novela terminada.
No me olvides, me ha recomendado mi hija, una clara inducción de un boliche de confites a su ex casa.
Ahora tenemos un nuevo nido:otro título es mejor.
Color a esperanza, podría haber sido, pero me lo robó Diego Torres.