Y por segunda vez. Y casi 12 años después, por lo que no me cabe otra que pensar que me estoy tranformando en un viejo de mierda.
No hay otra.
La vida se encaja con el paso del tiempo, es cuestión de releer otros blogeos anteriores.
Y ahora hicimos crecer la empresa, pero lo más significante es que estar en paz no tiene precio.
Si lloras, se acaban las lágrimas, si andas de cacería, se satisface el hambre, y si quieres ser feliz se logra.
Todo bene, juogo bonito.